En la mitología griega,
Artemisa o Ártemis fue una de las deidades más ampliamente
veneradas y una de las más antiguas. Algunos investigadores creen
que su nombre, y de hecho la propia diosa, era originalmente
pregriega. Homero alude a ella como Artemis Agrotera, Potnia Theron,
‘Artemisa del terreno virgen, Señora de los Animales’. En el
periodo clásico de la mitología griega, Artemisa fue descrita a
menudo como la hija de Zeus y Leto, y la hermana melliza de Apolo.
Fue la diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno
virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y
aliviaba las enfermedades de las mujeres. A menudo se la representaba
como una cazadora llevando un arco y flechas. El ciervo y el ciprés
le estaban consagrados.
Artemisa en la mitología
Nacimiento
En la mitología griega
clásica se dan diferentes versiones acerca del nacimiento de
Artemisa, si bien todas coinciden en que era hija de Zeus y Leto, y
la hermana melliza de Apolo.
La versión de Calímaco
es que Hera, encolerizada por la infidelidad de su esposo con Leto,
prohibió que ésta pudiera dar a luz tanto en terra firma (el
continente) como en una isla. Sin embargo, la isla de Delos (u
Ortigia en el himno homérico a Artemisa) emergió de las
profundidades del mar, o bien desobedeció sin más a Hera, y Leto
dio a luz en ella.
En otra de las versiones,
recogida por Higino, cuando Hera descubrió que Leto estaba
embarazada de Zeus, prohibió que diera a luz en cualquier lugar
donde iluminara el Sol. Además, envió a la temible serpiente Pitón
para que asesinara a Leto en el trance del parto. Pero Zeus envió al
viento Aquilón para que recogiera a Leto y la llevara junto a
Poseidón. Éste la llevó a su vez a la isla Ortigia y cubrió el
lugar con una bóveda formada por sus olas. Allí, sin contravenir la
prohibición de Hera, Leto alumbró a Apolo y a Artemisa aferrándose
a un olivo. Más tarde, la isla de Ortigia fue llamada Delos y Apolo
mató a la serpiente Pitón para vengar los sufrimientos de su madre.
Según cuenta una
tradición, Artemisa nació antes que su hermano y ayudó a su madre
a dar a luz a Apolo. En otra, la isla de Ortigia es una isla distinta
de Delos; en la primera nació Artemisa y en la segunda, Apolo.
Se decía también que
Zeus transformó a Leto en una codorniz (ortux) para evitar que Hera
descubriera su infidelidad.
Infancia
La infancia de Artemisa
no está completamente recogida en ningún mito conservado. La Ilíada
reducía la figura de la pavorosa diosa a la de una muchacha que,
tras haber sido azotada por Hera, buscaba consuelo en el regazo de
Zeus. Un poema de Calímaco dedicado a la diosa «que se deleita en
las montañas con el arco» imagina algunas escenas encantadoras.
A los tres años,
Artemisa pidió a su padre, mientras estaba sentada en sus rodillas,
que le concediese seis deseos: permanecer siempre virgen; tener
multitud de nombres para diferenciarse de Apolo; ser la Phaesporia o
‘Dadora de Luz’; tener un arco y flechas, y una túnica hasta las
rodillas para poder cazar; tener sesenta «hijas de Océano», todas
de nueve años, para su coro; y veinte ninfas amnisíades como
doncellas para cuidar de sus canes y su arco cuando descansase. No
pidió que se le dedicase ciudad alguna sino gobernar sobre las
montañas, y también el poder de ayudar a las mujeres en los dolores
del parto.
Artemisa creía que había
sido elegida por las Moiras para ser comadrona, ya que había ayudado
a su madre en el nacimiento de su hermano. Todas sus acompañantes
debían permanecer vírgenes so pena de implacables castigos, y la
propia Artemisa guardó celosamente su castidad. Sus símbolos
incluían el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo
y la Luna.
Calímaco cuenta28 cómo
Artemisa pasó su niñez buscando lo necesario para ser una cazadora,
obteniendo su arco y flechas en la isla de Lipara, donde trabajaban
Hefesto y los Cíclopes. Las hijas de Océano estaban llenas de miedo
ante la visión de los monstruosos herreros, pero la joven Artemisa
se acercó valientemente y solicitó sus armas. También cuenta
Calímaco cómo Artemisa visitó a Pan, el dios de los bosques, y
éste le dio siete perras y seis perros. A continuación ella capturó
seis ciervos de cornamenta plateada para tirar de su carro, y comenzó
a practicar con su arco disparando primero a los árboles y después
a las bestias salvajes.
Acteón
En una ocasión, Artemisa
se encontraba tomando un baño en el bosque en compañía de su coro
de ninfas, cuando el príncipe y cazador tebano Acteón (hijo de
Aristeo y Autónoe), que pasaba por allí, la vio por casualidad. Las
ninfas lo descubrieron y corrieron a ocultar a Artemisa. Ésta se
disgustó tanto por haber sido contemplada desnuda que salpicó con
agua al rostro de Acteón, transformándolo en un ciervo e incitando
a sus propios sabuesos a que lo atacaran. Éstos lo destrozaron sin
saber que el ciervo al que daban caza era su propio dueño.
Alternativamente, Acteón habría alardeado imprudentemente de ser
mejor cazador que Artemisa, y ella, para castigar su jactancia, lo
habría transformado en un venado que fue devorado por sus sabuesos.
Guerra de Troya
Artemisa puede haber sido
representada como partidaria de Troya porque su hermano Apolo era el
patrón de la ciudad y ella misma era ampliamente adorada en Anatolia
occidental en tiempos históricos. En la Ilíada se enfrentó con
Hera cuando los dioses aliados con los bandos en conflicto se
involucraron en éste. Hera golpeó a Artemisa en los oídos con su
propia aljaba, haciendo que perdiese las flechas. Artemisa huyó
llorando con Zeus y Leto recogió el arco y las flechas caídas.
Artemisa jugó un papel
importante en la Guerra de Troya. Además de calmar los vientos para
impedir el viaje por mar de los griegos hasta que Agamenón accedió
a sacrificar a Ifigenia, ayudó a Eneas junto a Leto y Apolo. Éste
lo encontró herido por Diomedes y los llevó al cielo, donde los
tres lo curaron en secreto.
Otros mitos
Zeus persiguió a
Táigete, una de las Pléyades, quien rezó a Artemisa. La diosa
transformó a Táigete en una cierva, pero Zeus la violó cuando
estaba inconsciente. Así concibió a Lacedemón, el mítico fundador
de Esparta.
Tras la muerte de
Meleagro, Artemisa convirtió a sus afligidas hermanas, las
Meleágrides, en pájaros.
Artemisa mató a Quíone
por su orgullo y vanidad, atravesando su lengua con una lanza que le
produjo una herida de la que moriría poco después.
Atributos
Arco y flechas
Según el himno homérico
a Artemisa, tenía arco y flechas dorados, pues se le aplicaban los
epítetos Khryselakatos, ‘del asta dorada’ e Iokheira (‘que se
deleita con las flechas’). Las flechas de Artemisa también podían
causar la muerte inmediata y enfermedades a muchachas y mujeres.
Artemisa obtuvo su arco y sus flechas por primera vez de los
Cíclopes, tras haberlos pedido a su padre. El arco de Artemisa
también se convirtió en testigo del juramento de virginidad de
Calisto. En el culto posterior, el arco se convirtió en símbolo de
la luna creciente.
Carros
El carro de Artemisa
estaba hecho de oro y era tirado por cuatro ciervos de cornamenta
dorada (Elaphoi Khrysokeroi). Sus bridas también eran de oro.
Lanzas y redes
Aunque muy pocas veces,
Artemisa es retratada ocasionalmente con una lanza. Su culto en
Etolia la mostraba así. La descripción sobre la lanza puede
encontrarse en Las metamorfosis de Ovidio, mientras Artemisa con una
red la conectaba con su culto como diosa patrona de la pesca.
Lira
Como diosa de los bailes
y canciones de las doncellas, Artemisa es representada a veces con
una lira.
Animales
Era retratada con un
ciervo en las manos simbolizando la caza.
1 comentarios:
En mi opinión, son mitos y leyendas de cada Dios griego y héroes que trata de la naturaleza del mundo,los origines y el significado de sus propios cultos y practicas rituales. Creo que no es real, que solo lo hicieron porque como había cada cosa o de algo de la de naturaleza ahora vamos a ver a cada dios griego que lo represente.
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